miércoles, 11 de noviembre de 2009

México año 2000: El país que alguna vez muchos soñaron

Por: Beto Basto

Fotos: Taringa

Si tuviéramos que ejemplificar el ideal de México como país en los ochenta, tendríamos que revisar la película "México Año 2000". Filmada por Rogelio A. González, que entre su filmografía está el clásico del cine mexicano "El Esqueleto de la Señora Morales", y Chanoc, por mencionar las más conocida, es un retrato idílico del México muchos soñaron en los tiempos de la dictadura priísta. Filmada en 1983, con Héctor Lechuga y Jesús Salinas interpretando a varios personajes, "México Año 2000" es una comedia que resulta interesante por su inocencia, debido a que más de una situación en esta cinta es de risa involuntaria.
Un día, los dioses del universo toman la decisión de acabar con el planeta tierra y le presentan sus argumentos a su jefe. Desean conservar a las plantas y los animales porque ellos han cumplido su trabajo, no obstante, los humanos serán exterminados. Enseguida, llega un Dios apurado pidiendo una oportunidad para la tierra. El Dios, interpretado por Héctor Lechuga, un viejo e ilustre cómico azteca conocido por sus personajes en el lejano programa "Ensalada de Locos", insiste y da muestra de cómo ha mejorado el planeta en los últimos años y como ejemplo les muestra México.
Enseguida, vemos la vida de una "típica" familia mexicana del año 2000. En un decorado tipo futurista, vemos al papá leyendo puras cosas positivas sobre la familia y su país mientras desayuna con todos. Lo que lee el progenitor es algo muy graciosísimo: "Miren , la película más taquillera de todos los tiempos es mexicana... nuestro cine es el más premiado en todos los festivales: Cannes, Venecia, Berlín y en el más importante, el de Chiconcuac".
El chiste no acaba ahí, el padre sigue empalagado con los triunfos de aztecas en el mundo, continúa diciendo: "Mira, la selección mexicana venció 4-0 a Brasil". Remata con leyendo la nota que menciona sobre el presidente de Francia. "Viene para aprender el sistema político del PRI", dice visiblemente emocionado.
Después, tras una serie de alabanzas patrioteras, los chavitos, su mamá y papá echan porras al estilo futbolero: "A la bio, a la bau...México, México, ra, ra, ra". Una broma, pues.
Después, cuando los niños se van a la escuela, les narran como era en la antiguedad el ir a clases y vemos un montaje de imágenes de las personas que a diario transitan en la ciudad de México. Ya en la escuela a donde asisten los niños mexicanos del futuro, se puede ver un cartel que dice "Domingo próximo clases como siempre, a petición de alumnos y maestros".



Pizarrón que anuncia que habrá clases el domingo.


A continuación, vemos como México es un país desarrollado más allá del primer mundo, donde no hay pobreza y las principales calles del DF han sido sustituidas por parcelas. Vemos un país diferente, en el cual nada está centralizado, los jóvenes estudian agricultura en Oaxaca, música en Guanajuato y todo mundo se transporta en carritos como los de golf. Ah, pero eso no es todo. Los indígenas son al menos trilingues, se comunican por medio de curiosísimos"comunicadores" muy similares a los hoy conocidos celulares y no tienen problemas con sus parcelas. Además, los camiones van tranquilos, ninguna persona va apretada y hasta puede escucharse música clásica cortesía de jóvenes ejecutantes que hacen su servicio social cantando en el transporte público.Vemos la historia de un país idílico, lejos de la gandallismo nacional que asentaba sus bases en esa época, a dos compadres soñadores que terminan construyendo su nave espacial y se convierten en los pioneros mexicanos del espacio. En fin, una serie de disparatadas situaciones que nos dejan con un buen sabor de boca, a pesar que se nota el bajo presupuesto de forma tremenda, algunos chistes son malísimos y muchos de los personajes de Héctor Lechuga y Chucho Salinas son poco creíbles. De cualquier modo, si alguien busca diversión, comedia, situaciones graciosas, puede ver este filme en vez de ver una horrible sexycomedia o supuestas películas de "arte" del "nuevo cine mexicano". Tampoco uno puede esperar mucho.
El final es predecible y nos hace caer en cuenta que las cosas no siempre son como parecen.





Los primeros astronautas mexicanos.

Por unos momentos, observaremos un México utópico, inocente, de estampita que se quedó en la memoria de lo que nuestros antepasados alguna vez soñaron.
Por cierto, la película se puede encontrar en internet, incluso está en youtube.

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