miércoles, 23 de septiembre de 2009

Inocentes Delincuentes

El otro día, mientras cambiaba repetidamente los canales, me encontré con una película a la que había echado un vistazo hace algún tiempo: "Pups", mejor conocida en países de habla hispana como "Inocentes Delincuentes".

El filme, dirigido por Ash Baron Coen-primo del afamado Sascha Baron Cohen, de Borat-, nos muestra la historia de un niño, Stevie, interpretado por Cameron Van Hoy y una niña, Rocky, personificada por Mischa Barton, que a la manera de Bonnye y Clyde, deciden robar un banco. Antes de irse a la escuela, consiguen las pistolas y se les hace muy fácil asaltar una sucursal financiera. Entre su chistecito, que parece un "juego de niños", las cosas se complican y los chavitos empistolados toman como rehenes a empleados del banco y civiles que se encontraban ahí en esos momentos. El gerente del banco y dos empleados más quedan atrapados junto con una jovencita de rasgos asiáticos, un anciano, un joven lisiado por la guerra y el guardia del banco, que anteriormente fue herido por los pequeños bandidos. Por consiguiente, la policía se reúne alrededor del edificio: francotiradores, polícías vestidos de civil y el agente del FBI Daniel Bender, que es interpretado por Burt Reynolds y aparece como el elemento "némesis" de Stevie.



Bender se comunica desde afuera con el niño, quien visiblemente es el líder de los acontecimientos. Como cualquier joven inexperto, el mocoso apenas piensa con claridad y a pesar de mostrarse seguro en sus negociaciones con el señor del FBI, a veces no sabe qué hacer y le pregunta a Rocky, una chavita que parece tener más decisión y control que Stevie, pero empieza a cuestionarse para qué seguir con todo el relajo, sobre todo por la insistencia del joven lisiado por la guerra, que los incita a seguir con la faramalla. El oficial Bender accede a algunas peticiones de los pubertos, tales como el envío de una pizza o que trajeran a MTV, especialmente al periodista Kurt Loder, quien se interpreta a sí mismo y choca con los chavitos al hacerles preguntas que terminan incomodándolos. Loder se da cuenta de la falta de seriedad de los escolares y una vez que hace las entrevistas, se va del lugar, harto de estar hablando con dos pequeños que no tienen nada qué decir. Bender sigue negociando con los niños, hasta que el tiempo o la paciencia se agoten...

De entrada, el tratamiento de la historia es tremendamente decepcionante. Lo peor de la película es que uno como espectador no siente ninguna empatía o gracia por el chavito, si acaso por el agente del FBI, pero escasa por los personajes principales: ni por el niño, si acaso un poco por la novia, o por los tontos rehenes. La actuación de Cameron Van Hoy se nota algo artificiosa y sus diálogos no le ayudan. Por él uno no siente interés de ninguna índole. Ni como héroe, ni como antihéroe, ni nada parecido. Otro aspecto negativo del filme es las cuestiones morales. La película tiene partes donde el niño recuerda pasajes de su vida, como montajes de sus pasados cumpleaños, sin decirnos gran cosa, más que jugaba a los vaqueros con pistolas de juguete. Así, el discurso de la película no se entiende. Uno no sabe si se nos habla sobre una historia que pretende evitar que los infantes tomen las armas, sobre la alienación infantil, la falta de atención de los adultos sobre sus hijos o todas las anteriores.

Lo más interesante termina siendo el argumento, de dos niños que asaltan un banco, y ponen de cabeza a medio lugar. Exigiendo lo que se les venga en gana: comida, dinero y hasta condones. El guión termina siendo un chasco y parece que a uno no le contaron nada. Otro detalle manejado con precisión son las tomas donde la cámara se mueve. Son perfectamente realizadas y no se ven los cortes bruscos de edición o donde el camarógrafo se mueve. De todas formas, sólo se quedan los residuos.

Desperdiciado un filme que pudo ser clave en un año donde la violencia juvenil en Estados Unidos estaba reciente. La matanza en la Columbine High School en Columbine, Colorado, era la muestra más evidente de ello, pues aconteció unos meses antes que la filmación de esta película.
Termina la cinta con un final bastante obvio e "inocente". Los verdaderos "delincuentes" resultaron ser casi todo el equipo que trabajó en esta pseudo-película que pasa -y pasará- desapercibida por el gran público. Con razón recibió poca atención. Hasta mejores opciones tendrá usted por los sistemas de televisión por cable. Tome esto en cuenta antes de verla. Si no, termine contando hasta 10 y respire profundamente luego de haberse llevado un desencanto. Conste que se los dije.

beto

1 comentarios:

Anónimo dijo...

estas bien pendejete jajajaja